Sólo así podrá impedir que las tentaciones de M2ra, el Maligno,
señor de la muerte y de la sensualidad, siembra a su alrededor, se apoderen de su mente o de su corazón, subrepticiamente, sin que él se dé cuenta; sólo así conseguirá que no broten de él inclinaciones, deseos, y atracciones que lo alejen del camino espiritual.
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