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martes, 11 de septiembre de 2012
vuela
Cuando la oruga se transforma en mariposa, y siente el liberador impulso de volar, no es capaz de dimensionar que su delicado aleteo influirá en el entramado de todo el universo. Lo mismo ocurre cuando nos sintonizamos con la Madre Tierra y desplegamos nuestras alas abriendo el corazón: no podemos cuantificar el multicolorido alcance de tal hermosa y sutil armonía, pero, a través de su brillo, las estrellas confirman que nutrimos de infinita gracia a toda la creación.
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